El póker ha sido llamado juego de azar, juego mental o deporte mental, lo cierto es que ha ido adquiriendo fama a lo largo de la historia.
En esto ha contribuido Hollywood, desde la siempre presente escena de la partida de póker en la cantina, hasta películas memorables como Gran Casino, The Cincinnati Kid o Casino Royale.
Más aún hoy en día, gracias a las facilidades de acceso al conocimiento del juego y a la participación en competiciones, que dan las plataformas de póker on line.
Ni que decir de la fascinación que despierta el baile de grandes sumas de dinero en las apuestas que rodean al póker.
Ahora bien, más allá de ese atractivo del póker desde la perspectiva del espectador, del curioso o, incluso del principiante, está la dimensión de la complejidad del juego.
Si bien el póker incluye diversas variantes, todas requieren un dominio de ciertas habilidades y actitudes, incluso en el terreno matemático.
No se trata de un mero juego de azar, requiere estudio y práctica, igualmente tiene reglas bien definidas, es competitivo, aunque no tiene nada que ver con un ejercicio físico como tal, si ejercita la mente.
Entonces, ¿Cómo podemos clasificarlo? ¿Se trata de un juego o es un deporte? Veamos en detalle cómo definir al póker en este sentido.
El juego y el deporte
Lo primero es delimitar ambos conceptos y, al intentar hacerlo, nos percatamos que no es tarea tan fácil. Si nos atenemos a la definición que leemos en este artículo de CordobaDeporte, encontramos que juego se restringe a una actividad recreativa o competitiva, sometida a reglas. En tanto que deporte se establece como recreativa o competitiva con reglas definidas, pero, se agrega el carácter físico de la actividad y el entrenamiento como requisito. Aunque, sin duda, hay juegos que implican una fuerte actividad física.
Si lo analizamos desde la perspectiva histórica, se destaca que primero fue el juego, como actividad lúdica, pero, que, al mismo tiempo, cumple una función social e incluso educativa.
Luego, de ciertos juegos deriva el deporte, al centrarse en el entrenamiento físico. En definitiva, ambos conceptos están relacionados, pero, no son lo mismo. Veamos sus diferencias.
Diferencia entre juego y deporte
Aunque algunas diferencias puedan parecer sutiles, son consistentes. Por ejemplo, en el juego priva la diversión, mientras que el deporte reviste un mayor nivel de seriedad y compromiso.
El deporte tiene un nivel de competitividad más claramente definido, al igual que un área física donde se desarrolla más claramente delimitada. Aunque siempre es posible desarrollar una partida de fútbol en plena calle con los amigos del barrio.
Por otra parte, se señala que el deporte está concebido para mejorar la capacidad física del deportista, en tanto que el juego, dependiendo de su naturaleza, si bien puede conllevar igualmente a mejorar la capacidad física, no es su objetivo explícito.
Sin embargo, aquí se plantea otro problema a abordar, el cual se refiere a la definición de actividad física ¿Es la actividad mental una actividad física? Según algunos enfoques, efectivamente una actividad mental sistemática es una actividad física, aunque no represente un ejercicio físico como tal.
En este punto, ¿Cómo entra el póker en este contexto? Analicemos este juego de azar o deporte mental.
El póker
No por casualidad, al póker se le conoció desde sus lejanos inicios hasta hace pocas décadas como un juego de azar, mientras que hoy se avanza la calificación de deporte mental.
En primer lugar hay que señalar que el póker no ha variado mucho desde hace más de dos siglos, siempre ha sido una actividad que exige mucha habilidad mental, incluso cierto manejo de la teoría de probabilidades y teoría de juegos.
Así como, también, capacidad de concentración, disciplina, estudio y entrenamiento. Incide, igualmente, el auto control, el conocimiento del otro, la capacidad estratégica y la habilidad para fintar, como un buen futbolista.
Por otra parte, no cabe duda de que el azar juega un papel importante en el póker, aunque quien aspire triunfar en esta actividad rendido solo a la suerte, no tiene destino en ella.
Por tanto, el que ahora algunos aboguen por calificarlo como deporte, más concretamente, un deporte mental, se debe más al avance del conocimiento del ser humano, que al póker mismo, el cual, como ya te señalé, ha cambiado poco en siglos.
Un juego que adquirió visos deportivos: deporte mental
Antiguamente, la concepción imperante, establecía una tajante separación entre cuerpo y mente, se trataban como entidades separadas.
Hoy en día, se sabe que la mente es producto de fenómenos físicos, tanto como el desarrollo del cuerpo. Al mismo tiempo, se trata de sistemas interrelacionados, donde lo que le pasa a uno, determina al otro.
Por tanto toda actividad que implique una práctica sistemática, sometido a un entrenamiento específico, reglas definidas, que exija el desarrollo de habilidades y capacidades concretas, con fines competitivos, entra en el terreno deportivo.
Teniendo en cuenta que todo deporte requiere cuerpo y mente en desarrollo. La diferencia se restringe a qué área de nuestro ser prioriza esa actividad, lo físico corporal o lo físico mental. En este último terreno entran los que se denominan deportes mentales, como el ajedrez, el go, el bridge, las damas o el póker.
De hecho, desde 2005 existe la Asociación Internacional de Deportes Mentales y en 2009 se incorporó al póker como parte de dichos deportes.
Finalmente, recuerda que la línea entre un juego y un deporte no es tajante ni inamovible, se trata en muchos casos del contexto y nivel.
Por eso hablamos de jugar al fútbol o al béisbol, o jugar al póker, pero, cuando, se sube de nivel y se lleva a su expresión rigurosa, estos juegos pasan a ser competiciones deportivas, entramos en el mundo de los deportes físicos y mentales.